Teoría del Taylorismo
Contexto histórico
La segunda mitad del siglo XIX corresponde al triunfo del capitalismo y con el triunfaban la burguesía y el liberalismo. Hubo una mayor mecanización del a producción y procesos de industrialización en una minoría de países. Francia, gracias a las políticas de estado y la participación del capital bancario, pudo conformar una estructura productiva moderna, aunque continuaba siendo mayoritariamente rural. En cambio, Alemania contaba con espacios rurales concentrados en grandes propiedades, lo que permitió la mecanización de la agricultura y obligó a los trabajadores rurales a abandonar el campo. A través de la financiación de la industria por el sistema bancario y la intervención estatal, Alemania pudo basar su proceso de industrialización en la industria pesada, la mecanización intensiva y el pronto desarrollo de establecimientos fabriles.
A pesar de la poca cantidad de países industrializados, el capitalismo se convirtió en un sistema mundial que dejaba a pocas áreas que no estuvieran bajo su influencia. El mapa del mundo comenzaba a cambiar, concentrándose la población en las ciudades, que se convirtieron en el símbolo indudable del capitalismo.
A su vez, las transformaciones en el sistema de comunicaciones consolidaron el capitalismo y le otorgaron una dimensión mundial. El ferrocarril había aumentado su velocidad y su volumen de carga. Las redes ferroviarias solían terminar en grandes puertos con instalaciones adecuadas para permitir la atracada de navíos de gran envergadura. La navegación también había sufrido cambios, se aplicaba el vapor y los barcos aumentaron sus dimensiones.
Por último la expansión del capitalismo industrial también estuvo ligada a la aceleración del proceso tecnológico; cada vez fue más estrecha la relación entre ciencia, tecnología e industria. Los inventos, antes basados en técnicas simples al alcance de hombres prácticos con sentido común y experiencia, pasaban ahora desde laboratorio científico a la fábrica. Ciencia y progreso se transformaron en dos conceptos fundamentales dentro de la ideología burguesa.
Taylorismo
Taylor nació en Filadelfia dentro de una familia acomodada, pero él, decidió abandonar sus estudios de abogacía y concentrarse en el aprendizaje de un oficio para luego trabajar como jornalero en una industria de acero. Ahí adquirió experiencia que luego vertería en sus escritos, transcendiendo así las fronteras de su país hasta llegar a Francia, Alemania e Inglaterra donde empezarían a poner en práctica su método.
El taylorismo es definido como: “la ciencia de la administración del trabajo ajeno bajo condiciones capitalistas”. Harry Braverman lo explica: “Investiga no solo al trabajo en general sino la adaptación del trabajo a las necesidades del capital. Se introduce en el lugar del trabajo no como el representante de la ciencia, sino como el representante de la administración patronal enmascarada con los arreos de la ciencia”. A mediados del siglo XIX comenzaron a aparecer asociaciones de empresarios y científicos que buscaban mejores métodos de trabajo; es por ello que historiados afirman que Taylor no inventó nada nuevo, sino que resumió y expuso en sus obras las ideas que habían ido surgiendo en el siglo XIX en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Datos importantes del Taylorismo
- División del trabajo
- Eliminar tiempos muertos
- Jefe autoritario
- Incentivos por trabajo
Los intereses
● La primera oleada (1815-1860): Alrededor de 5 millones de personas emigraron por los procesos de expulsión de las tierras y el crecimiento de la industrialización en Europa del noreste, lo que generó la mano de obra numerosa y disciplinada. La mayoría eran irlandeses (habían sido instruidos en G. Bretaña) pero también escoses, alemanes y franceses fueron quienes se movilizaron hacia la costa sur, ya que solo el 10% había podido obtener un lugar en la agricultura.
● La segunda Oleada (1860-1914): Proveniente del sur y del este de Europa provocó que los mercados de trabajo rusos, austrohúngaros e italianos se vieran fuertemente modificados por sus características. Quienes inmigraban eran obreros sin experiencia ni contacto con el mundo industrial. Pero todavía había mas diferencias. Como afirma Coriat esta oleada estaba formada por “… trabajadores ya hechos, y en su mayoría masculinos. Es, en total, una inmigración de trabajo, que descarga al capital de los gastos de la educación y frecuentemente de mantenimiento de la familia”. Esta situación creaba un panorama perfecto para USA que estaba por zarpar: una gran cantidad de obreros no cualificados (unskilled) y sin práctica junto con un escaso número de obreros de oficio que habían podido eludir las leyes antiemigratorias –American Federation of Labour (A.F.L.)-Así comenzaba a formarse el obrero descualificado y desindicalizado que el taylorismo estaba buscando; porque su mano de obra era mucho mas económica que la de obreros cualificados, sumado a que no tenía los elementos para poder defender su verdadero valor. La introducción del cronometro derivó en la destrucción de la A.F .L. y la consecuente ascensión del taylorismo. Además junto con esto se dio origen a un movimiento llamado “open shop movement” a partir del cual se le abrieron las puertas a trabajadores no calificados dejando afuera a los obreros de oficio y sus sindicatos. El único escollo era la holganza sistemática, que la desarrollaremos a continuación. “La evidencia de expuesto no deja lugar a dudad: el taylorismo como estrategia inmanente al modo de producción capitalista y su afiliación, no ya con los mejores métodos de división del trabajo sino con la mejor forma de disciplinar y controlar el trabajo ajeno bajo condiciones capitalistas, resulta innegable”.
La organización científica del trabajo
El taylorismo parte con la idea de eliminar los tiempos de inactividad dentro del horario de trabajo. Con esto no nos referimos a un aumento de las horas trabajadas sino del uso efectivo de ese tiempo para así intensificar el trabajo. Taylor afirmaba, partiendo de su experiencia en los talleres de la Compañía de Aceros Midvale, que los viejos esquemas no supieron detectar la holganza sistemática de los obreros; y esta era el obstáculo principal que impedía llegar a su objetivo. Él supo detectar dos tipos de holganzas presentes en los trabajadores: por un lado la flojera “natural” y por el otro la “sistemática”. La primera hace referencia a la predisposición que tiene el hombre a siempre hacer le menor esfuerzo y esta resulta imborrable. En cambio la segunda se adquiere por el trabajo realizado en conjunto debido a que estos requieren un menor esfuerzo y si se trabaja con una persona inactiva, esta inactividad se contagia. Es por ello que considera que los obreros tienen como objetivo mantener desinformado al patrón de los tiempos que requiere cada pieza para su construcción. Los obreros aunque estaban regulados por órdenes y disciplinas, esto no funcionaba debido a que ellos tenían la iniciativa en los procesos de trabajo, lo que impedía la aplicación del máximo esfuerzo durante la jornada laboral. Para combatir esto Taylor propuso que el control y dictado de cada pasado debía pasar a la gerencia, quien les expropiaría su saber y lo monopolizaría, destruyendo así el oficio, debido a que si el trabajo de cada operario queda planificado por la dirección entonces el obrero no requerirá de condiciones elevadas.
Para la aplicación de la administración científica hay que tener en cuenta tres principios establecidos por Taylor.
● Disociación del proceso de trabajo de la pericia de los obreros. (Nombre dado por Braverman): la gerencia toma los conocimientos que antes pertenecían a los obreros, los clasifican, ordenan y los reducen a reglas y fórmulas.
● Separación de la concepción de la ejecución: Todo el trabajo cerebral pasa a manos del departamento de planeación o diseño. El obrero queda sujeto a los conocimientos del capital y este es el que le asigna tareas más simplificadas para que desarrolle pero sin el conocimiento técnico o científico que esta conlleva. Esto permitió abaratar la mano de obra y que el control estuviera en mano de la dirección.
● Uso del monopolio del conocimiento para controlar cada paso del proceso y su modo de ejecución.
A partir de esta base se desarrollarán formas de administración durante el siglo XX.
Con el Taylorismo se establecieron dos nuevos saberes: Por un lado que “el conocimiento y el control de los modos operatorios industriales son propiedad exclusiva de la clase obrera (…). Segundo, que este monopolio es lo que hace ineliminable el control obrero de los tiempos de producción”. Esto fue lo que permitió imponer en los talleres las regulaciones patronales, lo que trajo consecuentemente un aumento en la tasa de las ganancias a partir del aumento de la productividad. Queda así configurando un ambiente donde el cronometro toma un papel central para el estudio de los tiempos y del movimiento.
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